Como lo aviamos anunciado en un par de programas atrás, este martes en “Calle 52” a partir de las 22 hs le vamos a dedicar el programa al olvidado escritor argentino Juan Rodolfo Wilcock.
Wilcock nació en Buenos Aires en 1919 y murió en su casa de campo en Lubriano di Bagno Regio, provincia de Viterbo, Italia, en 1978. En toda su carrera escribió poesía, teatro y ficción en español e italiano.
Una pequeña muestra de su literatura
Los amantes (Juan Rodolfo Wilcock, El estereoscopio de los solitarios)
Harux y Harix han decidido no levantarse más de la cama: se aman locamente, y no pueden alejarse el uno del otro más de sesenta, setenta centímetros. Así que lo mejor es quedarse en la cama, lejos de los llamados del mundo. Está todavía el teléfono, en la mesa de luz, que a veces suena interrumpiendo sus abrazos: son los parientes que llaman para saber si todo anda bien. Pero también estas llamadas telefónicas familiares se hacen cada vez más raras y lacónicas. Los amantes se levantan solamente para ir al baño, y no siempre; la cama está toda desarreglada, las sábanas gastadas, pero ellos no se dan cuenta, cada uno inmerso en la ola azul de los ojos del otro, sus miembros místicamente entrelazados.
La primera semana se alimentaron de galletitas, de las que se habían provisto abundantemente. Como se terminaron las galletitas, ahora se comen entre ellos. Anestesiados por el deseo, se arrancan grandes pedazos de carne con los dientes, entre dos besos se devoran la nariz o el dedo meñique, se beben el uno al otro la sangre; después, saciados, hacen de nuevo el amor, como pueden, y se duermen para volver a comenzar cuando despiertan. Han perdido la cuenta de los días y de las horas. No son lindos de ver, eso es cierto, ensangrentados, descuartizados, pegajosos; pero su amor está más allá de las convenciones.
Los convidamos a compartir este martes “Calle 52”, con la conducción de Miguel García Urbani
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