Malditos bengaleros

Ayer el mundo de la música tuvo lamentablemente otra perdida. Miguel Ramirez falleció producto de un impacto de una bengala en un recital de La Renga en La Plata.

¿Hasta cuando vamos a seguir con la idea esta del “aguante, del “agite” o como quieran llamarla que muchos relacionan con el rock? Los resultados están a la vista, ayer Cromagnon con 194 pibes muertos y ahora como si nunca hubiera pasado nada, se sumó Miguel.

La verdad me tiene las pelotas por el piso el tema este de futbolizar a la música. ¿Que es el aguante que todos llaman? ¿El agite?. Si es seguir a una banda, escuchar su música e ir a sus recitales, esta todo bien. Pero no es eso, todos lo sabemos. El tema de relacionar el rock con el descontrol y la falta de respeto por parte de una gran parte, nos llevó a estos extremos.

Podes ir a un recital y saltar, cantar, gritar. Pero ¿Qué necesidad de tirar una bengala?. ¿Cuál es la gracia también, de cantar sobre la muerte de Cerati?. ¿Hasta qué nivel tan bajo podemos llegar?.

El tema de las bengalas va a seguir pasando. No se puede minizar el problema solo a la cuestión de hacer controles antes de la entrada a los recitales, el problema tiene dos raíces bien diferenciadas a donde hay que apuntar.

El primero es por supuesto que haya gente que las siga llevando pese a todo. Y acá volvemos sobre lo mismo, ¿cuanta falta de ética tiene esta gente? Seguramente demasiada, y también seguramente no vayan a los recitales con el fin de la música, sino que van a buscar ese “agite” y somos nosotros los que debemos reprimir estos actos, no permitir que sigan ensuciando algo tan lindo como lo es ir a un recital a escuchar la música que te gusta. El segundo es: si las bengalas son un artefacto tan peligroso que puede generar daños ¿Por qué no existen controles en su venta? ¿Cómo puede ser que una bengala naval tenga venta libre?.

Estuve en el recital y no fue una sola bengala la que se prendió. Fueron varias. Es decir que no fue un hecho aislado, un solo loquito que se desubicó. Fueron varios los pelotudos que llevaron bengalas, tres tiros y pirotécnica de todo tipo. Y por culpa de ellos, de todos ellos, estamos hoy lamentando la muerte de Miguel. Todos huyeron por el lodo como dice Spinetta, y lo más probable es que nunca sepamos quien fue el culpable.

Adentro queda un cuerpo,
la bengala perdida se le posó,
allí donde se dice rock.

1 comentario:

epg dijo...

Clap, clap, clap. Aplausos. Gran resumen. Nunca más Callejeros.